Llegó el momento de presentar el anteproyecto a artesanos y dirección del museo. Elaboramos dos documentos consistentes en una memoria descriptiva como avance de los trabajos que se presentan, su futura evolución y visión y un dossier gráfico con el contenido de la propuesta de identidad visual gráfica e implantación arquitectónica con la definición de los futuros espacios de trabajo. 100 páginas de anteproyecto combinando imágenes y explicaciones didácticas con el objetivo de que todos los agentes a los que va dirigido entiendan no solo de la necesidad de la concreción de un posicionamiento en imagen e identidad, sino que sean participes, lo adopten totalmente y que se sientan plenamente identificados. A priori no es tarea fácil elaborar un documento dirigido a diferentes grupos con capacidades y entendimiento tan diferentes. No solo debe estar correctamente definido y sintetizado sino que también se les debe presentar de una manera amena y gráfica intentando depurar los aspectos más técnicos.
En un primer momento teníamos pensado presentar el trabajo en dos reuniones separadas (directiva del museo y artesanos). Por circunstancias personales del director tuvimos que verle a él previamente para después continuar con los planes previstos. Un total de tres presentaciones que me sirvieron para adaptar y evolucionar el discurso. Aunque fueron los mismos contenidos, cada presentación fue diferente y todas fueron muy positivas y muy bien aceptadas, añadiéndose mucha emotividad y entusiasmo en la que realizamos a los artesanos.
No sé como describir las sensaciones que he experimentado cuando más de 70 personas presentes en una sala (la mayoría de ellos sin saber leer y escribir) que miraban atentos una pared con una proyección llena de textos, esquemas y definiciones técnicas sobre la necesidad de la creación de una imagen gráfica, se arrancaron a aplaudir espontáneamente cuando vieron el resultado final. Casi me saltan las lagrimas de la emoción. No me importa decirlo. Lloré por dentro porque veía que esos aplausos eran para ellos mismos. Si, estaban aplaudiendo porque habían entendido que el trabajo que se les había presentado eran un nombre y unos apellidos para ellos. Se dieron cuenta que dentro de las muchas cosas que les falta, esto era algo que no lo esperaban pero que comprendieron fundamental para su desarrollo. Para mi, este es el mayor de los éxitos. La cooperación no debe basarse en un camino de ida sin vuelta. La cooperación es un entrenamiento. Es preparar el camino y dejar los cimientos para que puedan avanzar con ilusión y trabajo. La ilusión y trabajo que genera algo que les ha dejado huella y les ha llegado muy profundo. Así lo sentí yo cuando vi la emoción y alegría en los rostros de todos esos artesanos que meses atrás retraté. Por eso sé que cumplimos con lo que habíamos venido a hacer. Esto lo más bonito que le puede ocurrir a un diseñador como yo. Estoy realmente feliz por ellos.
Quiero hacer extensible el éxito a Lala, Helen y Ousmane por su complicidad, entusiasmo, participación, ayuda y apoyo en la presentación. Ha sido vital su aportación. Sé que ellos también salieron emocionados de la sala. También quiero agradecer a Mercedes, Nora y todo el equipo de la Fundación su confianza en mi dándome esta oportunidad y a la AECID y a la Embajada de España en Niamey por facilitarnos muchísimo nuestro trabajo.